La comunicación interauricular (CIA) consiste
en un orificio en la pared que separa ambas aurículas entre sí (el septum
interauricular). A través de este orificio la sangre pasa de un lado a otro,
habitualmente desde la aurícula izquierda hacia la derecha. Es una de
las cardiopatías congénitas más frecuentes, representa el 10-15% de todas las cardiopatías congénitas
y generalmente aparece de forma aislada en adolescentes y
adultos.
La cantidad de sangre que pasa de la
aurícula izquierda a la aurícula derecha depende del tamaño del orificio
existente entre ambas y de la diferencia de presión entre las dos aurículas. Cuanta
más sangre se filtre a través del orificio, mayor esfuerzo tendrá que realizar
el corazón y mayor presión habrá sobre él.
Existen varios tipos de CIA, que se
clasifican de acuerdo a su localización en el septum interauricular:
CIA tipo ostium secundum:
Ubicada alrededor de la fosa oval (en el
centro del septum interauricular) y representa alrededor del 70% de los defectos septales auriculares.
CIA seno venoso:
Representan el 10% de los defectos y se
encuentra ubicada posterior a la fosa oval. Generalmente se acompaña de drenaje venoso pulmonar anómalo parcial a vena
cava superior.
CIA del seno coronario:
Son defectos raros y representan
menos del 1%, ubicados próxima a la
desembocadura del seno coronario, habitualmente con vena cava superior
izquierda persistente.
CIA ostium primum:
Se encuentra en la porción inferior
del septum interauricular y generalmente está asociado a defectos de los cojines endocárdicos (Canal
Auriculoventricular). Representa el 20% de las comunicaciones interauriculares.
EVOLUCIÓN NATURAL
Y PRESENTACIÓN CLÍNICA
Los defectos pequeños tienen una excelente evolución aún sin
tratamiento específico, son difíciles de
detectar y su incidencia está probablemente infra estimada. Dentro de ellos se
encuentran el foramen oval permeable,
presente en el 20-30% de personas
adultas.
Los defectos pequeños, no tienen repercusión sobre la
hemodinámica cardíaca, presentando como único riesgo la posibilidad de embolia
paradójica (paso de un embolo desde la aurícula derecha a la circulación sistémica
a través del foramen oval).
Los defectos de mediano y gran tamaño no provocan
síntomas durante la infancia. Rara vez algunos lactantes pueden presentarse con
escaso crecimiento, infecciones respiratorias a repetición y signos de insuficiencia cardíaca.
La presencia y severidad de los síntomas de insuficiencia cardíaca se incrementan con la edad encontrándose habitualmente en las personas
en la cuarta década de la vida. El progresivo aumento de tamaño de la aurícula
derecha predispone a la aparición de taquiarritmias supraventriculares
(arritmias), que también van aumentando en frecuencia a medida que aumenta la
edad. En un 5-10% de pacientes puede aparecer hipertensión pulmonar por
enfermedad vascular pulmonar (EVP), de forma preferente en mujeres .La
endocarditis bacteriana es muy rara en los pacientes con CIA, no recomendándose
la profilaxis para endocarditis infecciosa en estos pacientes, salvo en los casos de CIA
ostium primum.
El cierre espontáneo de defectos septales está bien documentado
durante la infancia, fundamentalmente durante el primer año de vida.
DIAGNÓSTICO
Exploración física:
El peso y la talla de los niños suele ser normal. Durante
el periodo neonatal la exploración física suele ser normal, a medida que
aumenta la edad pueden encontrarse otros signos a la exploración física: soplo cardíaco y aumento del impulso cardíaco en el tórax.
Radiografía de tórax:
Se evidencia cardiomegalia (aumento del tamaño del
corazón) con crecimiento de aurícula y ventrículo
derecho.
Electrocardiograma:
Existen alteraciones que indican crecimiento de las cavidades
derechas del corazón, y bloqueo que primer grado.
Ecocardiograma:
Es la técnica diagnóstica imprescindible en todos los
pacientes con sospecha de CIA y proporciona información anatómica demostrando
el tamaño y localización del defecto en el septo interauricular, descartando
otras lesiones asociadas y funcionales como el grado de dilatación
(crecimiento) de las cavidades derechas, y la presión pulmonar. Todos estos datos son de vital importancia para
determinar si es necesario (y posible) realizar algún procedimiento para cerrar
la CIA
Ecocardiograma transesofágico:
Es necesario en los niños mayores en los que el
ecocardiograma transtorácico es más dificultoso, y se realiza para la definición de los bordes y
localización exacta de la CIA en los niños candidatos a cierre percutáneo de la
misma. (Cateterismo Cardíaco)
Cateterismo cardíaco:
En la gran mayoría de los pacientes, el estudio clínico,
junto con el resto de técnicas diagnósticas no invasivas es suficiente para el
diagnóstico. Ocasionalmente el cateterismo es necesario ante la sospecha de
enfermedad vascular pulmonar o determinadas lesiones asociadas.
TRATAMIENTO:
En algunos casos, la CIA se cierra de forma natural con
el paso del tiempo y no precisa tratamiento. Si los médicos consideran que va a
ser así, entonces, vigilaran la CIA para asegurarse de que su tamaño disminuye
y no afecta de forma alguna a la salud del paciente.
Una vez establecida la indicación de
cierre de la CIA (indicado en niños siempre que exista un
tamaño significativo,) la edad para el
cierre electivo del defecto el alrededor de los 3-5 años, es
responsabilidad del equipo médico tratante aconsejar uno de los 2 métodos
actuales de cierre: la cirugía o el cateterismo.
CIRUGÍA:
La cirugía consiste en cerrar la CIA mediante una
operación a corazón abierto, por tanto, habrá que detener y abrir el corazón. Se
instalará un bypass (máquina de
circulación extracorpórea) para que realice el trabajo que le correspondería hacer
al corazón en circunstancias normales. Se coloca un parche que cubra el
orificio existente entre las dos aurículas. Es una técnica segura y eficaz en
un centro con experiencia, con una mortalidad quirúrgica que tiende a cero y
tasa de complicaciones bajas, relacionada principalmente con la aparición de
arritmias en el periodo postoperatorio.
CATETERISMO CARDÍACO:
La utilización de dispositivos para cierre percutáneo de
la CIA, las indicaciones son las mismas que para el cierre quirúrgico, aunque
los pacientes deben tener CIA tipo ostium secundum y con bordes de tamaño
adecuado para dar estabilidad y apoyo al dispositivo.
Consiste en introducir un catéter a través de
la vena cava inferior hasta llegar al corazón. La CIA
se sella introduciendo a través de un
dispositivo y retirando el catéter. Una vez retirado el catéter, el dispositivo se abre a
ambos lados del orificio para cerrarlo.
Este procedimiento es seguro y eficaz en manos expertas,
y las complicaciones mayores (embolización del dispositivo, perforación
auricular) ocurren en menos del 1% de los pacientes.
El cierre de la comunicación interauricular está no está recomendado el cierre de los
defectos muy pequeños o foramen oval permeable ya que tienen un buen pronóstico
y el beneficio de su cierre no parece superar el riesgo de una cirugía, excepto en los casos de ictus (Enfermedad
Cerebrovascular) de causa no aclarada
cuando se sospeche embolia paradójica. El cierre del defecto en caso de
enfermedad vascular pulmonar avanzada (Hipertensión Arterial Pulmonar severa) no
está indicado.
PRONOSTICO
Una vez superadas
la cirugía y el postoperatorio sin complicaciones ni defectos residuales, el
pronóstico de vida es excelente. Habitualmente, los pacientes retoman
rápidamente su vida cotidiana sin inconvenientes y, fundamentalmente los niños,
no tienen a futuro ningún tipo de limitante en la realización de actividad
física.




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